La nueva exposición del Museo Pintor Amalio (Granada 1922- Sevilla 1995), Retratos del Alma, ofrece la oportunidad de ser testigo de la verdad oculta de la vida de las personas: el sufrimiento, el dolor, la pena y la muerte. Muestra a gente común, gente sencilla, que son testimonio único de una época en la que vida y lucha van de la mano.
La lucha en contra de la desigualdad de género viene reflejada en cuadros como La novia u Oscura soledad en el paisaje. El drama entre la vida y la muerte podemos verlo en Mi muerte nace conmigo, retrato del torero gitano con su propia calavera en la parte posterior de su cabeza. La reivindicación de un pueblo por la libertad que no tenía en los años 70 está reflejada en el cuadro El cartel que pide libertad. La mirada profunda y lejana del poeta Joaquín Márquez nos traslada a la creatividad literaria del pueblo andaluz y el campo que recorta el perfil de la cabeza de Esperanza mujer que se identifica con su tierra. Para cerrar el discurso de esta exposición se han colgado los doce cuadros del Apostolado Proletario con los que Amalio sublima a las doce
personas que predican desde su profesión de albañil, vendedor ambulante, peón o jornalero el mensaje de sus propias vidas vividas desde abajo.
No obstante, siempre hay un lugar para la esperanza simbolizada en la vela encendida del cuadro Cuajos del alma.
Podemos hablar del Realismo Simbólico que da vida a los miedos, preocupaciones y sueños más comunes de toda persona a través de la pintura de Amalio. El artista fue testigo de una época que quedó para siempre grabada en su obra.
DISEÑADO POR TEMPOCREA Y DORIS SÁNCHEZ SALAS